Los sensores de color detectan el color de una superficie. Estos sensores emiten luz (roja, verde, azul) sobre los objetos que deben analizarse, calculan las coordenadas cromáticas a partir de la radiación reflejada y las comparan con los valores cromáticos de referencia guardados. Si los valores cromáticos se encuentran dentro de la banda de tolerancia de ajustada, se activa una salida conmutada.